"A las congregaciones metodistas y unidas:
El tiempo de cuaresma se ha iniciado y los cristianos somos llamados a reflexionar acerca del significado de la cruz y la resurrección de Cristo, este acontecimiento salvador que cambia nuestra vida personal y la de nuestros pueblos.
Este es un tiempo propicio para meditar sobre el sentido de nuestras vidas y sobre la misión de la Iglesia. También la Cuaresma es un tiempo oportuno para discernir los caminos que tenemos por delante y orar para prepararnos para un auténtico reavivamiento en la vida y misión de nuestra Iglesia. Jesucristo nos renueva en comunión y compromiso es el lema de nuestra próxima Asamblea General, en cuyo documento preparatorio se nos dice:
“Movimiento del Espíritu, renovación, reforma, avivamiento, despertar, renacimiento, actualización, son algunas de las maneras de nombrar distintos momentos en los que fueron sacudidas las formas más anquilosadas e institucionales del cristianismo para dar paso a expresiones nuevas y más vigorosas del testimonio y la misión”. Es la juventud que pobló este verano nuestros campamentos y quienes se acercan a nuestras congregaciones cada día en busca del Evangelio quienes nos ayudarán a hacer realidad esta renovación que tanto anhelamos.
No debemos olvidar que este año nuestra Iglesia Metodista celebra 175 años de presencia continua en nuestro país. Esto es un motivo de suma gratitud y celebración, y una invitación a que juntos, y a la luz de la Palabra de Dios, descubramos aquellas cosas que deben profundizarse y aquellas que necesitan ser modificadas.
Finalizamos nuestra carta con las palabras del Salmo 51 que dice:
“¡Oh Dios, pon un corazón limpio! ¡Dame un espíritu nuevo y fiel! No me apartes de tu presencia ni me quites de tu santo espíritu. Hazme sentir de nuevo el gozo de tu salvación; sostenme con tu espíritu generoso”.
Fraternalmente en Cristo,
El tiempo de cuaresma se ha iniciado y los cristianos somos llamados a reflexionar acerca del significado de la cruz y la resurrección de Cristo, este acontecimiento salvador que cambia nuestra vida personal y la de nuestros pueblos.
Este es un tiempo propicio para meditar sobre el sentido de nuestras vidas y sobre la misión de la Iglesia. También la Cuaresma es un tiempo oportuno para discernir los caminos que tenemos por delante y orar para prepararnos para un auténtico reavivamiento en la vida y misión de nuestra Iglesia. Jesucristo nos renueva en comunión y compromiso es el lema de nuestra próxima Asamblea General, en cuyo documento preparatorio se nos dice:
“Movimiento del Espíritu, renovación, reforma, avivamiento, despertar, renacimiento, actualización, son algunas de las maneras de nombrar distintos momentos en los que fueron sacudidas las formas más anquilosadas e institucionales del cristianismo para dar paso a expresiones nuevas y más vigorosas del testimonio y la misión”. Es la juventud que pobló este verano nuestros campamentos y quienes se acercan a nuestras congregaciones cada día en busca del Evangelio quienes nos ayudarán a hacer realidad esta renovación que tanto anhelamos.
No debemos olvidar que este año nuestra Iglesia Metodista celebra 175 años de presencia continua en nuestro país. Esto es un motivo de suma gratitud y celebración, y una invitación a que juntos, y a la luz de la Palabra de Dios, descubramos aquellas cosas que deben profundizarse y aquellas que necesitan ser modificadas.
Finalizamos nuestra carta con las palabras del Salmo 51 que dice:
“¡Oh Dios, pon un corazón limpio! ¡Dame un espíritu nuevo y fiel! No me apartes de tu presencia ni me quites de tu santo espíritu. Hazme sentir de nuevo el gozo de tu salvación; sostenme con tu espíritu generoso”.
Fraternalmente en Cristo,
Pastor Frank de Nully Brown
Obispo
Buenos Aires, 10 de marzo 2011
Posted in: Frank De Nully Brown
